Aquel asesinato fue denunciado a su tiempo por Monseñor Romero en la recordada Homilia " Un asesinato que nos habla de Resureccion". aquella misa fue presedida por una marcha del obispo, el clero y las comunidades cristianas.
El padre Octavio se dedicaba especialmente al trabajo con los jovenes. Acostumbraba a darles momentos especiales de formacion cristiana en casas de retiros. En la madrugada del dia 20 de enero de 1979 el ejercito y otros grupos paramilitares invadieron el local, en donde se estaba dando un retiro espiritual, matando al padre y a otros cuatro jovenes. Una tanqueta paso por encima de la cabeza del sacerdote, destruyendole completamente el rostro. El Obispo romero, en la misa de los funerales, subrayó este hecho diciendo: "El Padre Octavio murio conb el rostro destrozado en la funeraria trataron de arreglarlo pero no pudieron dejarlo como era antes, Octavio ya se transformo porque ofrecio su rostro por Cristo".
